REALIDADES CRUDAS EN PANDEMIA

Anny con 21 años vive hace ya unos meses en el Perú, es de nacionalidad venezolana vino buscando mejores oportunidades, pasando por diferentes situaciones que la hicieron más fuerte y hoy en día también como todos, enfrenta el coronavirus pero fuera de su patria.

Durante estos días se dio cuenta que el cielo gris de lima, ahora es azul aunque incluso el año pasado en verano se tornó bien simpático para ella no tiene duda que durante su permanencia en el Perú lo había visto como lo vio en estos dos meses. Cuenta con una enorme ventana en su cuarto que da a la calle, el cielo para ella es lo mejor. En estos díasle encanto el azul del cielo de cada mañana al levantarse. Le encanto este aislamiento ya que pudo hacer muchas cosas que en un día “NORMAL” no hacíapor falta de tiempo o factores externos

Aprendió mucho más de repostería con su mamá y su pareja, aprendió a jugar el juego típico de Venezuela llamado caída pero sobretodo a querer aún más al ser que tiene al lado. Este tiempo ha sido muy productivo, único para ella, y no es porque estén mal nada de eso sino porque están bien y con este aislamiento se ha vuelto muy unidos, han compartido más risas, se han querido más y eso es lo que importa. Siente que han creado un vínculo mucho más fuerte de el que tenían.

Sin embargo no todo a sido color rosa, ya que un gran amigo de ella lo desalojaron del lugar donde vivía por no poder cubrir el pago, ella lo quiso alojar pero le querían cobrar un monto adicional el cual para ella era muy injusto. Todo esto era un gran atraso, era volver a comenzar de cero después de que ya tenías más de 1 año en el país y volver a comenzar era muy difícil.

"Lloro porque la gente es muy injusta, egoísta y poco comprensiva" y hasta a ella le han querido correr de donde vive aunque ella ha pago el alquiler puntual, incluso le han subido los recibos de servicios básicos, ha llorado de impotencia porque a trabajado mucho para lograr todo lo que hoy en día tiene, como se dice todos miran el lado que les conviene. Ella agradece mucho a Dios ya que siempre tuvo a su "gordito" apoyándola y dándole ánimos.